domingo, 1 de noviembre de 2009

Bordecorex, la torre que “nunca” existió.

En Bordecorex (Soria), dicen que murió Almanzor en 1002, de regreso a Medinaceli, tras su derrota en Calatañazor. Reconquistada en 1060, por Fernando I, el templo actual data de inicios del s.XIII. El 20 de febrero de 2008, se derrumbó la “inexistente” torre fortificada del citado templo. Por suerte, cuando este octubre visitamos el lugar, la torre que “nunca existió” había sido completamente reconstruida. Ahora vuelve a “no existir”, airosa, un punto elegante, pero robusta, y que sea por muchos años.
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No es broma, no, es un desconcertante suceso. En su libro “Rutas del románico por la provincia de Soria”, Cayetano Enríquez de Salamanca, pionero de románicas rutas, al que tanto debemos los amantes de estas piedras, comenta, en su página 79, bajo el epígrafe “Bordecorex”: “A los pies hay una desmochada espadaña y no existe ni ha existido la torre que menciona e incluso reproduce Gaya Nuño”. Debe tratarse de un gazapo, que a todos se nos han escapado en alguna ocasión, porque si no habría que preguntarse ¿quién fue el gracioso que puso a ahí esa inexistente torre, para que se derrumbase y hubiese que reconstruirla?
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Aprovechando la obra, también se ha eliminado el recrecido del ábside, devolviéndole su altura original al tiempo que se eliminaban filtraciones y ruinas añadidas. Bueno está lo bueno, pero no lancemos las campanas al vuelo...
A cambio de ello tenemos que soportar el consabido “cartelón”, que proclama cuan generosos son los políticos de la Junta, cuan buenos son los políticos de la Junta, “cuan buenos son que restauran mogollón…” Y la de euros que se han gastado en reparar el monumento, que habrían sido muchos menos si hubiesen hecho caso de los avisos de ruina que se les dieron. Y la de puestos de trabajo que han creado con esta obra, gracias al dinero de los presupuestos, a nuestro dinero, de nuestros impuestos…
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Sin embargo, como son tan buenos y tan bondadosos, los políticos de la Junta, además de “restaurar mogollón”, no han querido cargar los gastos y abusar del dinero público. Por ello, han dejado la restauración a medias, total, como el interior no hay manera de verlo y es prácticamente imposible fotografiarlo…
Pero no contaban con los milagros, porque habellos aílos -o la suerte, o la casualidad, o el despiste- y uno de ellos hizo que se nos abriesen las puertas.
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Era mediodía, avanzado, la hora de comer rumiaba por nuestros estómagos. En el pueblo se olfateaba el aromático humo de una parrilla de leña, sobre cuyas brasas se asaban jugosas chuletas. Alguien del grupo, sobreponiéndose al tormento olfativo, consiguió encontrar a un alguien del desierto pueblo que, con gran amabilidad pero cierta reticencia, se brindó a traer la llave y permitirnos la entrada al templo. Eso si, tras advertir a quienes lo buscaron que no se podían hacer fotos.
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Lo más extraño de todo, es que una vez dentro los demás, que ignorábamos lo de la prohibición fotográfica, nos pusimos como locos a disparar las cámaras, incluso con flash. Y el portador de la llave, se abstuvo de repetir su prohibición. ¿Le daba igual, o comprendía lo absurdo del caso? ¿Le asustó lo numeroso del grupo? ¿No tenía ganas de disputas, porque lo que deseaba era irse a comer en paz?
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Desde luego es para prohibir las fotos, porque su interior no tiene nada que envidiar al templo de NªSª del Otero, en Ponferrada (León). Paredes, columnas y capiteles, con capas y capas de cal, eso donde la humedad no ha hecho desprender los revocos, dejando al descubierto las capas inferiores, de otro color. Todo ello adornado con profusión de capas de polvo y telarañas.
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El magnífico retablo plateresco, de escuela castellana, apoyado sobre una húmeda pared lateral; el empolvado retablo mayor barroco, despoblado de santos y generoso en desconchones; el mobiliario ruinoso, como desván de chamarilero, y algunas curiosas piezas arrumbadas de mala manera, como esa “Tabla de los aniversarios” de 1734.
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A quien corresponda: ¿Piensa esperar a que se derrumbe el resto del templo, como sucedió con la torre, para acudir a su restauración? ¿Acaso está a la espera, de que los traficantes de arte le desalojen el local, y terminen de desvalijar el templo de sus escasos objetos de valor? ¿Quizá, la prohibición de hacer fotos, se basa en la vergüenza que siente por tener el edificio como cueva de trapicheantes?
Deje de presumir de “planes románicos”, ya sean del norte, sur, este u oeste, y mande reparar lo que debe ser reparado. Si no lo hiciere, vaya a picota y cepo hasta que los administradores del erario público se vuelvan honrados...
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Salud y fraternidad.

8 comentarios:

pallaferro dijo...

Cinco años intentando acceder al interior... y, al fin, las puertas se abrieron.

Aunque fue sólo para descubrir el misterio de qué se guardaba en su interior. ¿Para eso tuvimos que esperar tantos años intentando entrar usando las mil y una artimañas?

Lima dijo...

Impresionante como nos venden la moto los políticos.
Esperemos que haya una segunda fase y terminen lo que han empezado.
Mientras tanto me gustaría tener tu permiso para utilizar las fotos del interior, y darle un poco de publicidad al asunto.
Un abrazo.

Unknown dijo...

De hecho nos costó mucho convencer al señor de la llave para que abriera la puerta, cinco años y un día.

Y no protesto al ver a todo el grupo con cámaras en la mano porque la prohibición se la impuso al que estuvo todo el rato junto a él y que tuvo que abstenerse de fotografiar nada tras esperar esos cinco años y un día.

Lima, también queremos publicitar este templo y colocar las fotografias en nuestro foro de románico, al que nos honraria visitarás.

Salud y románico

Rubén Oliver dijo...

A ver si lo entendeis de una vez:si se restaura todo de un golpe,no se puede acometer una segunda fase,ni una tercera...ni una enésima.
Es que...enteraros ya de una vez de cómo se hacen las cosas aquí:primero se deja al monumento en cuestión en la más absoluta desidia unos años,digamos que en barbecho como los campos,esto es,incultos.Tiempo suficiente para que el expolio o los elementos,le den aquella pátina romántica que tienen las ruinas.Llegado ése punto,ya se puede empezar a restaurar,con la convicción de que dicho acto ya será notorio de cara a la galería.Y bueno,el resto ya lo sabéis:fondos,subvención,chapuza y reparto de medallas.¿Ya?.
De todo ello dimana el ¡Fotos no!.¿por qué fotos no?:pues porque "todavía" no está "acabado"...¡Jesús que prisas!.¿Qué son cinco años ante un templo de mil?,pues eso,ya harán las fotos sus tataranietos.
Un saludo.

Alkaest dijo...

Que sí, Lima, que sí, que tienes permiso... mientras digas quien es el fotógrafo maravilloso y en que estupendo blog se encuentran...

Y por cierto, ya están las fotos en el Foro Románico, que las acabo de poner ayer mismo. Porque, como al otro pobretico le cayeron "cinco años y un día", me temo que no pudiera sacar ni una...

¡Si es que los hay con mala suerte!

Salud y fraternidad.

Polvorilla dijo...

¿Y cómo fue posible que no me marchase tras las chuletillas, con lo bien que olía aquello y me dejase engañar por la llave y el misterio? Si es que éstos del románico, mucho salud y románico, pero de lo primero na de na, porque
me dejaron sin chuletillas y me obligaron bajo pena de picota y cepo a ver este desaguisado.¡Si es que una debe seguir sus instintos que "pa" eso están!

Baruk dijo...

Mira Polvorilla, que no, que hiciste bien. Mejor entrar a ver esa "maravilla" que las chuletillas de los cazadores...Y te lo digo porqué de la manera que vi los impedimentos que vi y lo que dentro se guarda, hay para largo hasta que alguien más consiga entrar.

Por cierto, hay una foto del interior que hizo el "pobrecillo de los cinco años y un día" que no tiene nadie, nadie y es buena, buena, buena...

Salud y románico

Alkaest dijo...

Pues "menos lobos", y sacando -que es gerundio- a la "lux publica" esa foto, para que podamos juzgar su "maravillez".

¡Bueno, eso... si se trata de una foto decente y visible en horario infantil!
Porque ¿quien se fía de alguien condenado a cinco años y un día?

Salud y fraternidad.