martes, 31 de marzo de 2009

Córdoba 2016: Apostilla con remoquete...

Si consultan la entrada anterior, recordarán el extraño cartel que, con horarios y prohibiciones, campea sobre la puerta del templo románico cordobés de Santa Marina de Aguas Santas.
Es tan alucinante, que en el primer análisis se nos escapó un detalle, no menos curioso que el de prohibir "comer y beber" dentro del recinto sagrado.
Se trata de la prohibición de orar en el templo. ¿Que somos absurdos y traemos las cosas por los pelos? Nada de eso, lean, lean:
"Horario de visita exclusivamente turística".
Es decir, si es "exclusivamente turística", el término "exclusivamente" quiere señalar que no se pueden realizar otras actividades, salvo las propias del término "turístico".
¿Quiere eso decir, que si a algún turista "se le escapa" una oración, plegaria o súplica, durante la visita, será multado y/o expulsado del templo?
.
A quien corresponda: Mande sustituir a ciertos "vigilantes", con mentalidad de "portero de discoteca", que controlan de malas maneras el cumplimiento de las normas en los templos, a los cuales hay que pagar por acceder en horario turístico, para no poder ejercer el "derecho turístico" de fotografiar. Pero por favor, mantenga usted en sus puestos a quienes redactan las notas sobre dichas normas, para que sigan obsequiándonos con estos surrealistas modelos, ejemplos soberanos de estulticia, que enriquecen el acervo cultural popular. Si no lo hiciere vaya vuecencia a picota y cepo, hasta que en todos los templos celtíberos puedan tomarse fotos libremente.
.
Salud y fraternidad.

miércoles, 25 de marzo de 2009

El sur, también existe...

El proyecto llamado Ciudad Europea de la Cultura, nace en 1985, y la primera ciudad celtibérica elegida, en 1992, es Madrid. Cambia su nombre, en 1999, por el de Capital Europea de la Cultura, y en este nuevo ciclo son designadas Santiago de Compostela, en 2000, y Salamanca, en 2002. Para 2016, se presentan catorce candidatas celtíberas, entre ellas Córdoba.
Si las autoridades competentes pretenden que la ciudad califal, que merecidamente ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad, tenga alguna posibilidad en esa candidatura europea, deberían ir pensando en cambiar su anárquica mentalidad cultural por otra más coherente. No es de recibo que, en una trayectoria generalmente buena, se introduzcan manchas, “por descuido”, si tenemos en cuenta el alto honor que pretenden. Para muestra valgan dos botones, que sirven por una cremallera.
.
.
Templo de San Lorenzo, arriba sus cubos diseño "Barrio Sésamo", y abajo los de diseño "glamour pijo".
.
Hace poco, denunciamos los “contenedores de residuos urbanos” situados ante el templo de San Pedro –que, se pongan como se pongan, son vulgares cubos de basura-. Bien, pues se acaba de restaurar magníficamente el templo tardo-románico de San Lorenzo, pero como a las “autoridades competentes” les parecía que faltaba “algo”, también se han “restaurado” sus cubos de basura. Además por duplicado, unos de diseño “glamour pijo”, en la fachada norte, y otros de diseño “Barrio Sésamo”, ante el jardincillo de su fachada oeste. Como guinda, a este pastel, la imprescindible señal de tráfico.
.
Templo de Santa Marina de Aguas Santas.
.
El tema de cubos y señales de tráfico, ante los monumentos cordobeses, con ser sangrante, no es el peor obstáculo que vemos para sus pretensiones culturales europeístas. Lo peor es la “mentalidad de cortijo”, de ciertos párrocos “tridentinos”, que dictan a su antojo las normas para visitar los monumentos: el dueño de cada “cortijillo” puede hacer y deshacer, a su gusto, sobre las condiciones para acceder al templo correspondiente. Y la “autoridad laica competente”, debe ser cómplice, por acción u omisión.
. Templo de Santa Marina de Aguas Santas, otro ejemplo de románico-tardío, estamos en marzo y es sábado, son las 11,10, por tanto nos encontramos dentro de fecha y horario. Sin embargo la puerta permanece sospechosamente entornada, al acercarnos vemos que nos impiden el paso un cordón, y un atril que sostiene los textos que describen, en castellano e inglés, las características del templo. Barrera, al parecer, instalada para que no entren los turistas de forma “incontrolada”.
.
Además, hay unos folletos con la “Ruta Fernandina”, promoción turística que han creado a base de los templos tardo-románicos, más o menos restaurados, que existen en la ciudad. Aunque como en otras muchas cosas, hay en ello más de auto-bombo que de verdadera intención cultural. A las pruebas nos remitimos.
.
Grandes carteles, como este, anuncian a bombo y platillo las diferentes rutas que pueden seguirse para visitar los templos medievales de Córdoba. ¡Pero, mucho ojo, que el lobo deja ver sus orejas bajo la piel de cordero!
Sobrepuesto a este cartel, hay uno tamaño folio, con los correspondientes horarios de visita, en cuya base destacan unos círculos rojos de prohibido. ¡Entonces, salta una alarma en nuestro cerebro!

.
Además de los cubos de basura, y las señales de tráfico, no podían faltar en la “Ruta Fernandina” las prohibiciones de rigor. ¿Cuáles? Evidentemente, una absurda y otra más absurda.
La “absurda”, por supuesto, es la de la izquierda. Uno no sabe si se han equivocado y al querer anunciar una cafetería han confundido las señales: se prohíbe -suponemos- comer y... ¿beber? Cuchillo y tenedor, dan a entender lo de la comida, pero ¿y la taza, que significa? Cierto que hay “gente pa’tó”, pero ¿tantos cientos de personas entraban al templo, comiendo y bebiendo, como para tener que prohibirlo? Mira que hemos visitado “cienes y cienes” de templos, por toda celtiberia, y es la primera vez que vemos una prohibición de este tipo.
La “más absurda”, evidentemente, es la de la derecha. ¡Nada de fotos, faltaría más, que carencia de respeto por un lugar sagrado!
.
Eso sí, al lugar sagrado, como es en “horario turístico”, solo se puede acceder “con ticket”, es decir pagando 1 € de vellón. Claro que de esto te enteras cuando, tras asomar la cabeza por la rendija, luchando por no derribar el atril y romper el cordón, que más que barrera es “aduana”, logras ver a un cancerbero y le preguntas con timidez si se puede visitar el templo.
Su primera información consiste en recabar el pago del € por barba, y la segunda, sin que nadie le pregunte, anunciar que está prohibida la toma de fotografías. Debe ser, que se nos traslucían las “nefandas intenciones fotográficas” en el rostro. Inútil luchar contra molinos de viento, por mucho que le argumentamos, permaneció inflexible y fue elevando el tono hasta rayar lo grosero, momento en que desde detrás del cordón enfocamos la cámara hacia la nave, disparamos, y abandonamos el lugar con toda la dignidad que la ocasión requería, sin pararnos a escuchar los improperios que el guardián soltaba en el sagrado recinto.
.
Ahora bien, el despropósito de todo lo antedicho no está solo aquí, sino en la comparación con otros templos de la anárquica “Ruta Fernandina”.
En el de San Lorenzo, sus puertas están de par en par, la entrada es libre, gratuita, y además te dejan fotografiar a placer, incluso las pinturas medievales recién restauradas; por descontado, nadie te dice nada sobre comer o beber dentro del templo, eres libre de ser irreverente. En el de San Pablo, las puertas están entornadas como en cualquier templo corriente, una vez dentro hay una mesa con una amable joven, quien con cierta timidez, como si tuviese vergüenza torera, te avisa que debes soltar el euro de rigor, porque “estamos en horario turístico”, por contra también puedes hacer fotos, sin traba alguna, hasta reventar la cámara; aquí tampoco nos impiden comer o beber a placer, cosa que, por otra parte, a nadie con dos dedos de frente se le ocurriría hacer en semejante lugar. El de San Pedro, está siempre cerrado a piedra y lodo, sin siquiera un cartel que indique horario alguno.
¿Qué pasa, que cada parroquia-cortijo tiene un “Amo” que dicta leyes diferentes? ¿El horario turístico es sólo un truco, para “timarles” los euros a los visitantes? ¿El sacar fotos está al libre albedrío del párroco-“Amo” de turno, porque a unos les parece pecaminoso anatema la acción de fotografiar y a otros no?
.

A quien corresponda: Ponga orden en este caos, si el horario es turístico y de pago, permita las actividades turísticas, como son obtener fotografías de piedras que no han de sufrir menoscabo por ello. Coloque vigilantes profesionales del turismo, no profesionales de la prepotencia y el “ordeno y mando”. Si quiere que esta bella ciudad, tan entrañable por muchos conceptos, llegue a ser Capital Europea de la Cultura, comience por tener cultura usted mismo e inculcarla a los escasos, pero poderosos, clérigos integristas que parecen tener la sartén por el mango en algunos templos que, recuérdelo, no son de ellos, sino de los fieles que les dan vida con su asistencia.
Si no hiciere caso, sea llevado a picota y cepo, hasta que recapacite o hasta que la incultura, el integrismo y los fariseos desaparezcan del mapa. Porque el sur también existe, pero sus buenas gentes no se merecen que ustedes existan y las gobiernen.
.
[Nota aclaratoria para mal-pensantes profesionales: Quien esto denuncia, no es un “forastero criticón”, sino alguien que vivió en Córdoba durante los años 70, y pasó largas temporadas allí durante los 80, para continuar visitando regularmente la ciudad hasta el presente. Alguien que ama entrañablemente esta urbe, y querría que todo su monte fuese orégano, y fuese oro todo lo que en ella reluce. Quien esto denuncia, no es un ateo irredento, de colmillo retorcido, sino alguien respetuoso con las creencias religiosas de todos. Alguien, que desearía ver más florecimiento espiritual, en los seres humanos, y menos mercaderes dentro del Templo].

.
Salud y fraternidad.

lunes, 16 de marzo de 2009

Mas vale “Soledad”, que mal acompañá...

Según llegamos a la población soriana de Calatañazor, a la derecha de la cuesta que sube al núcleo amurallado, encontramos la ermita de Nuestra Señora de la Soledad. Un precioso ejemplar románico, obra del Magíster que tantas buenas obras dejó en estas tierras.
Sin embargo, algún “magíster” actual, ha debido considerar que este hermoso templo podía “embellecerse” aún más. ¿Cómo? ¡Colocando ante su ábside unos expresivos carteles de tráfico!
.
¿Qué mejor lugar para situar, los indicadores de dirección y demás? Así, cuando los conductores se detengan en el cruce, para cerciorarse hacia donde deben ir, de paso se podrán deleitar con las piedras románicas que hay detrás. Es lo que se llama, “potenciar positivamente la imagen”, pues los carteles “atraen” la atención hacia el artístico templo. A menos que se trate de otra cosa. ¿Será que han querido “amurallarla”, con esas señales, pues se encuentra extramuros?
.
A quien corresponda: ¿No había otro lugar más indicado, en el amplio cruce, para situar las señales sin desvirtuar la imagen románica del templo? Haga el favor de reparar este entuerto estético, cosa fácil y barata donde las haya. Si no lo hiciere, sea puesto en picota y cepo hasta que los carteles se caigan de puro oxidado.
.
Salud y fraternidad.

sábado, 14 de marzo de 2009

“Templo con dos puertas, malo es de guardar...”

Zayas de Báscones (Soria), es ahora tan sólo un enclave agrícola en mitad de los campos sorianos. En un extremo de lo que fuera el pueblo, subsiste el muy remodelado templo románico de Santiago. Ha desaparecido su galería porticada, sustituida por una de madera que le da cierto aire foráneo. En el ábside sobrevive una ventana con capiteles vegetales, sencillos pero de buena factura. Y en el muro sur, malvive su sencilla portada románica, “embellecida” a base de capas de cal.
.
Antaño, alguna “cabeza bienpensante” consideró que la portada original ofrecía poca protección. Para subsanar tal carencia, no tuvo mejor idea que adosar una gran “contra-portada”, de madera, sobre la románica. Así, estando cerrada, una ocultaba a la otra. Se trata de un marco sobrepuesto a la piedra, coronado por un gablete semejante al de un retablo, que permite encajar las hojas de la “protectora puerta”.
Lo malo es que, el “ingenioso” artilugio, parece haber salido de un derribo. No es del tamaño adecuado a la portada románica, sino más pequeño, con lo cual no enmarca la obra de piedra, sino que la enmascara, oculta parte de sus arquivoltas, capiteles y columnas.
.
.
Todo ello, con ser malo, no es lo peor. Para anclar el industrioso artilugio al muro, estorbaba la portada que se quería proteger, porque sobresalía de la fachada. Así que, el desnivel, se rellenó con cemento y yeso hasta igualar la superficie donde había de encajar el marco. Se emparedaron de este modo, dos capiteles con sus correspondientes columnas, amén de parte de las arquivoltas.
Esto fue hace varios siglos, antes de que el lugar se despoblase, pero seguramente han de pasar otros varios antes de que alguien deshaga el inútil entuerto.
.
A quien corresponda. Le rogamos restituya esta magnífica portada a su estado original, librándola de tan absurda protección que nada protege y mandando sea limpiada de yeso y cal. Aunque pocas esperanzas tenemos, según su manifiesta incompetencia todavía nos conformaríamos con que no permitiese el derribo del templo, visto lo que consintió hacer, en 1993. ¿Recuerda aquellos dos kilómetros de la vía romana del Itinerario de Antonino, próxima al pueblo, que fueron arrasados con “permiso oficial”, por un particular, para roturar varias fincas?
Si no atendiere a razones, sea puesto en picota y cepo, hasta que algún colega suyo conceda permiso a alguien para que arrase sus fincas, cortijos y dehesas, con el noble fin de sembrar patatas.
.
Salud y fraternidad.

domingo, 1 de marzo de 2009

“Con la sacristía hemos topado...”

Templo del Salvador, s.XII-XIII, Tirgo (La Rioja). En su costado norte se incrusta, literalmente, la sacristía.
.
Durante la Edad Media, la sacristía, el lugar donde la nueva religión guarda los ornamentos de culto y sus sacerdotes se revisten para las ceremonias, es un edificio separado del templo, y se compone de una o dos salas abovedadas, cuyo tamaño está acorde a la importancia del edificio religioso al que sirve. Pasado el medievo, se instituyó “la santa costumbre” de adosar, dichas estancias supletorias, al templo, generalmente entre el presbiterio y el ábside, para mayor comodidad del clero.
.
[Idem ant.] ¿La mitad oculta de la rica ventana, estará todavía tras el muro de la sacristía añadida?
.
Ello no habría tenido mayor importancia, si no fuese por la absurda manía que tomaron todos de levantar sus sacristías sin orden ni concierto. Es como si, a partir del tardo-gótico, se hubiese desatado una competición, del estilo de “a ver quien es el que la tiene más grande” -la sacristía, quiero decir-. En nombre de la cual, se cometieron tropelías arquitectónicas sin cuento.
.
Nuestra Señora de la Antigua, s.XII, Butrera (Burgos). Sacristía adosada al sur y absurda ventana añadida.
.
Así, durante siglos, destrozaron portadas, arrancaron canes de los aleros, derribaron galerías porticadas, eliminaron cruceros, mutilaron o cegaron ventanas absidales, y mil barbaridades más. Todo para añadir unos “salones” cuyo tamaño y ostentación no tenían nada que ver con la utilidad práctica que se les suponía.
.
[Idem ant.] Aquí no solo se ha tapado la ventana absidal, además se la ha destrozado para superponerle otra “mas estética y práctica”.
.
Estos delirios de grandeza “sacristeril”, con ser nefastos para los edificios medievales, especialmente los románicos, no fueron lo peor. La puntilla se la dio una manía contemporánea, “manía supersticiosa” nos atreveríamos a decir, la de no atreverse a tocar dichas sacristías para rescatar lo que, de medieval, permanecía oculto bajo ellas.
.
A quien corresponda: No sea “supersticioso”, atrévase a elegir una línea de restauración en la que, si no se derriban las sacristías -lo que sería ideal, pero poco viable-, al menos se realicen las adaptaciones necesarias, reduciendo, rebajando, disminuyendo, para sacar a la luz y devolver, a tantos y tantos templos, una parte de la pureza de líneas que los Magíster románicos dieron a sus templos. Si no lo hiciere, sea condenado a picota y cepo, y si ello no fuere suficiente para hacerle rectificar, sea adosada a la parte más vistosa de su chalet, villa o cortijo, una “sacristía” que le haga ver en carne propia a lo que nos referimos.
.
Salud y fraternidad.