jueves, 27 de noviembre de 2008

“¡Existir o no existir, ésta es la cuestión!”

El 17 de febrero de 2008 hacíamos una entrada, en este blog, referida a la futura resturación del templo de Nuestra Señora del Vallejo, en Alcozar (Soria). Ahora parece que la cosa avanza, lentamente, pero avanza. Se ha desescombrado lo caído, desmontado lo ruinoso, apuntalado lo poco que se mantiene en pie y acumulado los materiales aprovechables.
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En el interior se elimina el material de relleno, para recuperar el nivel original del piso y sacar a la luz posibles elementos arquitectónicos enterrados.
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En el exterior (lado oeste), se ha nivelado el terreno circundante. Ello ha permitido descubrir una serie de niveles cronológicos, desde la roca base. El muro norte, es en realidad una galería porticada de siete arcos, cegada en el s.XVII para añadir otra nave al templo.
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Arco en el lado este, de la galería porticada, el único que permanece exento y nos da idea de su geometría original.
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Emparedados dentro del muro, del s.XVII, permanecen los capiteles y columnas de la galería románica, con sus arcos.
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La portada del templo, al menos una parte de ella, se encuentra en un edificio del pueblo. Bueno se encontraba, porque la casa a la que fue llevada en el s.XVII ha sido derriba. Hoy es un decorado vacío, ante un solar. ¿Tendrán el valor de reintegrarla al templo al que pertenece? ¿Sucumbirán, quienes tienen autoridad para reclamarla, ante los "derechos adquiridos" por los dueños del solar?
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Como en tantos lugares, el cementerio anejo se obstina en pegarse al templo. Durante los últimos años nuevas tumbas han crecido a su sombra, ni siquiera el peligro de desplome ha disuadido, a los pertinaces familiares, de enterrar junto a los ruinosos muros del ábside.
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Un interesante descubrimiento, ha sido el hallazgo de diversos enterramientos superpuestos, correspondientes a varias etapas, bajo el perímetro exterior de los muros del templo, en sus lados sur y oeste (faltan por excavar, el norte y la mayor parte del sur, el este quedará inédito pues lo ocupa el cementerio moderno).
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En el estrato superior, se encuentra una acumulación de huesos, revueltos, que parece producto del vaciado de tumbas antiguas y la creación de una fosa común. Realizada quizá, al tiempo de reformar el templo en el s.XVII.
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En el estrato inferior, sobre la roca base, se encuentran una serie de tumbas antropomorfas medievales, de adultos y niños, donde han aparecido esqueletos casi completos.
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Al lado de las anteriores, hay diversas tumbas de lajas, también con restos óseos bastante bien conservados. Ambos tipos de enterramiento, parecen proceder del periodo románico.
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¿Qué se pensará hacer con tales restos? ¿Dejarlos donde están y cubrirlos piadosamente de tierra y olvido, o habilitar algún tipo de estructura que permita su contemplación?
Las vacías cuencas, de esta anónima humanidad medieval, nos contemplan sin vernos pero parecen querer decirnos algo...
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Estos reyes poderosos
que vemos por escripturas
ya pasadas,
en casos tristes, llorosos,
fueron sus buenas venturas
trastornadas:
así que no hay cosa fuerte;
que a papas y emperadores
y prelados
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.
(Jorge Manrique, A la muerte de su padre, s.XV).
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A quien corresponda: ¿Nos obsequiará, una vez más, con la típica chapuza del "quiero y no puedo", propia de la estulticia política aunada con los turbios manejos económicos? O por el contrario, ¿tendrá "lo que hay que tener" y la restauración-reconstrucción devolverá, en la medida de lo posible, el pasado esplendor que tuvo este templo románico? ¿Tendremos la oportunidad de disfrutar de su galería porticada, restituida y liberada? ¿Primará en todo el trabajo el aspecto románico, o se preferirá el pastiche ecléctico? ¿Se incluirán elementos "de diseño", en metal, vidrio, y plásticos de última generación, o se respetarán los materiales originales?
Muchos son los interrogantes y los temores que nos acosan, al respecto, pero mientras llega el momento de la dolorosa realidad, nos abstendremos de enviarle a la picota por mor del beneficio de la duda. Aunque, por sus muchas y nefatsas actuaciones anteriores, no se lo merezca en absoluto.
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Salud y fraternidad.

domingo, 9 de noviembre de 2008

“Templos, tumbas y... ¿sabios?”

Templo de Santa Marta de Tera (Zamora). Perspectiva norte, a la derecha el Palacio de los Obispos de Astorga (1603). [Foto 20 julio 2008].
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Hace pocos meses, los "sabios, cultos, inteligentes y capacitados" administradores, del Patrimonio Cultural Nacional, han dado orden de emprender la restauración del templo románico de Santa Marta de Tera (Zamora), elevado hacia 1077, y del Palacio Episcopal anejo (de 1603).
Este magnífico edificio, muestra singular del saber constructivo y simbólico de los Magíster que levantaron el primer románico, conserva todavía elementos de su transición desde el mozárabe, -está levantado sobre un monasterio visigodo del s.VI- al par que secretos muy bien guardados. No obstante, ha sido puesto en peligro, una vez más, por la incompetencia de quienes debían protegerlo.
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El Palacio de los Obispos de Astorga, adosado a la fachada oeste del templo. [Foto 20 julio 2008].
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Se trata de otro de esos “templo-cementerio” al que, en los últimos tiempos, han elegido como favorito los habitantes de la comarca, para depositar los restos de sus parientes difuntos. La cosa no tendría mayor importancia, si los responsables, visto el reducido tamaño del terreno disponible para inhumaciones, hubiesen impuesto un cupo no invasivo del monumento y, una vez cubierto, hubiesen habilitado otro lugar del municipio para camposanto.
Pero no, los “responsables” han dejado hacer a su antojo. El pequeño recinto, primero se ha llenado, luego amontonado y después saturado, con tal cantidad de tumbas, que actualmente éstas ocupan hasta el último palmo de tierra disponible. Se pegan a las tapias del recinto, obstruyen la portada sur, acosan los muros románicos, cercan el ábside y se estorban entre sí, de tal manera, que hay que pasar de lado entre ellas. ¿Qué será lo siguiente, tener que tirar las flores desde fuera del murete, a ver si con suerte caen en la lápida elegida, porque será imposible la circulación entre éstas? Ya solo falta que las coloquen unas encima de otras, como una Babel de sepulcros.
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Perspectiva sureste, hace nueve años, relativamente “cargada” de tumbas. [Diapositiva 22 agosto 1999].
Nueve años después. La misma perspectiva, más o menos, porque las tumbas impiden cualquier otro ángulo de visión. [Foto 20 julio 2008].
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La cosa, con ser grave por absurda, es además antiestética y peligrosa para el edificio románico. Las tumbas, especialmente las más cercanas a los muros, recogen el agua de lluvia y producen en los cimientos del templo peligrosas filtraciones y asentamientos del terreno no deseados. ¿Qué se hace para evitarlo? Muy sencillo, lavar la cara del edificio, acondicionar el pequeño Palacio Episcopal con fines turístico-culturales y, eso que no falte, colocar enormes carteles anunciando a bombo y platillo el quién, cómo, cuándo y por cuánto, de la obra -Bueno los carteles todavía tendrán que esperar a que la obra esté finalizada, pero ponerlos, los pondrán-.
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¿El templo de Santa Marta: Casa del dios o casa de los difuntos? [Foto 20 julio 2008].
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Aunque quizá estemos equivocados, tal vez el amontonamiento de tumbas, acosando el románico templo, no sea producto de una dejadez oficial. ¿Y si se trata de un hapenig artístico-monumental para atraer turistas? ¿Formará parte de una campaña promocional para difundir el románico funerario? ¿O será que esa tierra, aparte de sagrada, es milagrosa y por ello todos los deudos se afanan en que sus parientes reposen en ella?
Pero tenemos una sospecha. ¿No será que las autoridades “competentes”, por dejadez, desidia, o... lo que sea, no quieren habilitar otro lugar más cómodo donde dar reposo eterno a sus convecinos?
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Perspectiva sur, nave y brazo del crucero, bajo los andamios. [Foto 20 julio 2008].
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A quien corresponda: Vista su incongruente actuación, restaurando por un lado, para que acudan los vivos, y dejando que el templo sea sepultado por el cementerio circundante, para que acudan los difuntos. Queremos hacerle una pregunta muy sencillita: ¿Qué sucederá, cuando este “overbooking funerario” llegue a su clímax? ¿Ah, que no lo sabe? Pues vamos a darle una idea, que puede propagar como propia y digna de la reconocida inteligencia de usía: Cuando las tumbas acaben adosadas al edificio y los nichos impidan, no sólo su contemplación, sino incluso su acceso, pueden desmontar el templo, piedra a piedra, y trasladarlo a lugar más saneado.
Mientras eso tiene lugar, vaya usted a la picota y sea puesto en el cepo, sin que pueda redimirse en esta vida, y en la otra merezca ser sepultado en un cementerio tan saturado como éste.
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Salud y fraternidad.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Fiesta de Samhain - Festividad de Todos los Santos - Halloween: "Justicia poética"

La "Festividad de Todos los Santos", impuesta por la nueva religión que, a sangre y fuego, hizo desaparecer la Antigua Religión céltica, suplantaba el festival de Samhain que, en los pueblos celtas, celebraba el cambio de año y el recuerdo a los espíritus de los antepasados.
Desde el siglo IX hasta el XIX, la fiesta de Samhain languideció en el olvido, recordada apenas por algunos pequeños grupos. Hasta que, hacia 1840, con la llegada masiva de irlandeses a Estados Unidos de América, renació allí la celebración de los Espíritus Ancestrales, en la fiesta ahora conocida como Halloween, contracción de la expresión inglesa "All Hallow's Eve": "Víspera del Día de los Santos". Que sólo tiene de "santa" el nombre, pues todas sus expresiones: disfraces, dulces, calabazas iluminadas, proceden del viejo festival celta de Samhain.
Para mas "inri", el folklórico "tópico" Halloween, típicamente "americano", se ha internacionalizado. Es como si los viejos espíritus celtas se hubiesen burlado de la nueva religión, propiciando el renacimiento de una importantísima fiesta de la Antigua Religión.
Es como si la Madre Tierra celta hubiese puesto en la picota al cruel clero de la nueva religión. Justicia poética...
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Salud y fraternidad.