Capitel de la ventana absidal, los ancianos espíritus de la vegetación. Magister de Moarves.
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Ábside románico, nave de la epístola y bóvedas góticas, portada renacentista, sacristía neoclásica. El precioso templo románico, que aquí hubo, se fue "transmutando" según las formas constructivas de cada época. Todos quisieron superar a sus predecesores, pero lo único que consiguieron fue amontonar fragmentos, sin llegar a conseguir un todo coherente. Pudieron haber edificado una iglesia gótica, próxima a la románica, o una renacentista, y tener dos joyas. En lugar de eso crearon esta mole, sobredimensionada e informe, a costa de privarse y privarnos de un templo románico que hubo de ser excepcional, si juzgamos por los escasos restos escultóricos conservados, en línea con lo mejor del Magister de Moarves.
A quien pueda haber correspondido responsabilidad en todo ello, con carácter retroactivo de siglos condenamos a picota y cepo, por desposeernos de la espiritual belleza románica, preexistente, sin ser capaz de sustituirla por otra que la superase. Despreciemos a los necios que sacrifican el tesoro que ya poseen, soñando con el que son incapaces de conseguir.
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