Templo de Santa Eulalia, fin s.XII y mediados s.XX, Seloriu (Villaviciosa, Asturias). [Diapositiva 13 julio 2000].
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Vulnerant omnes, última necat: "Todas hieren, la última mata". Esa inscripción clásica, propia de los relojes de sol, vendría al pelo para éste rosetón-reloj. Y para el templo que lo exhibe.
Este edificio románico, sufrió bastante durante la última guerra civil, por ello, a partir de 1940 fue "restaurado". Aunque, realmente, se trató de una reconstrucción sui géneris. Apenas se respetó el ábside, lo único verdaderamente románico, junto con sus dos portadas, pero éstas se "recolocaron" en distinta ubicación. La nave se prolongó y ensanchó, añadieron una espadaña, enfoscaron todo y, en la "remozada" fachada occidental, se inventaron un rosetón. La guinda, de todo éste maremagnum, fue el susodicho rosetón: de práctico, al par que bonito hormigón, con un "exacto" reloj en su centro. Ni siquiera se molestaron en simular, mediante incisiones, los presuntos sillares. En definitiva una pesadilla conceptual románica.
A pesar de esa orgía "restauradora", el templo fue declarado, en 1965, Monumento Nacional. Se lo merece, aunque sólo fuera por lo que ha sufrido a manos de sus destructores y luego de sus reconstructores.
A quien corresponda. Aprenda de los errores pasados, para no repetirlos en lo venidero. Si no lo hiciere, sea condenado a picota y cepo, hasta que suene en su reloj esa hora "última necat".
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