miércoles, 17 de octubre de 2012

¿De Briviesca a Oca y tiro porque me toca...?

La ciudad de Briviesca, cabeza de la Bureba burgalesa, es la sucesora de aquella Virovesca, capital de los celtas Autrigones, citada en el 77 d.C. por Plinio el Viejo como “mansio” romana fortificada en la vía de Astorga a Burdeos. El lugar, nombrado por los visigodos como “Veroviscentium civitatis”, queda prácticamente despoblado durante la primera oleada de invasión musulmana, hasta que en el s.X se recupera al ser designado su territorio como alfoz.
A dicha recuperación contribuyó la citada situación geográfica, en la vía romana, que constituyó hasta el s.XI la ruta primitiva del Camino de Santiago, y luego un ramal secundario. Por ello, en el Medievo hubo en Briviesca varios hospitales de peregrinos, lazaretos, diversos templos románicos como el de Santa Cecilia, Santa María, y monasterios como San Tirso, San Pedro, o San Clemente. Además, tuvo una de las aljamas hebreas más importantes de Burgos.
Hoy, sus monumentos, pertenecen al gótico tardío, renacimiento y barroco. La culpa es de las épocas de mayor riqueza y prosperidad de la villa, que permitieron derribar los viejos edificios y levantar sobre ellos otros más ostentosos, según el gusto del momento.

[Foto, cortesía de Juancar347 “el Viajero”].

En el s.XIV, el lugar era nombrado “Briviesca de los Siete Barrios”, a causa del poblamiento disperso que lo componía. Para acabar con esta situación, en 1316, el Concejo pidió a la señora de la villa, doña Blanca de Portugal, que levantase una Colegiata en el barrio principal, como aglutinante centralizador de la población.  
El templo, tardo-gótico, continuó engrandeciéndose, durante los ss.XV a XVII, hasta que en 1789 hubo de reconstruirse parcialmente debido a problemas estructurales.
Su último añadido fue la monumental fachada neoclásica, de 1792, en cuyo óculo vemos hoy una hermosa imagen gótica de la Virgen con el  Niño. Sin embargo, no es de este templo. Se sabe que, en 1900, tal escultura estaba en el suelo de la Colegiata, y en 1930 se colocó en la fachada de poniente.
Dicha imagen, antaño bellamente policromada, procede del desaparecido templo románico de Nuestra Señora de Allende, sito extramuros de la villa en el barrio que hoy llaman “Aliende”.

Parece ser, que el asentamiento central de Briviesca estaba “allende el río Oca”, pero que en 1208 la población se trasladó a la otra orilla, “aquende el río”, donde hoy se asienta. La parroquia del viejo barrio cesó en sus funciones, aunque continuó prestando servicio a los pocos granjeros y agricultores que no abandonaron el lugar. La imagen de la Virgen, que había quedado “del lado de allá”, de “allende”, acabó siendo nombrada con éste apodo por sus fieles.
Su prestigio dejó impronta, de modo que incluso desaparecido el asentamiento, las Bulas de Roma continuaron nombrando la Iglesia de Briviesca con el título de Nuestra Señora de Allende del río, lo menos hasta el s.XIX.
En 1316 el viejo barrio fue completamente destruido, por una riada, y se convirtió en despoblado, aunque los labradores volvieron a levantar algunos edificios para sus labores rústicas. Sabemos que la Infanta Doña Blanca, nieta del rey D. Alfonso el Sabio, Señora de las Huelgas de Burgos, concedió “al Arcediano y Cabildo de Briviesca quinientos maravedís anuales sobre el Concejo de dicha Villa, en recompensa de haberse despoblado el barrio de Nuestra Señora de Allende”. Según hace constar el Padre Flórez, en su España Sagrada (1824).
 
El templo quedó convertido en ermita, a la que acudían desde Briviesca para venerar su Virgen de Allende. Arruinada parcialmente hacia el s.XVII, muchos de sus sillares, además de los tirantes policromados que forman la estructura de la cubierta, se reutilizaron en la reconstrucción de la Colegiata.
La parte que sobrevivió se acondicionó, de nuevo, como ermita de la Virgen de Allende, hasta que, a mediados del s.XIX, se arruinó definitivamente. Sus cimientos fueron descubiertos por los obreros del ferrocarril, a unos quinientos metros de la estación de Briviesca, en dirección sur, entre las vías y el km 278 de la carretera Madrid-Irún, a orillas del río Oca.
Las escasas piedras rescatadas demostraron ser de un edificio del primer románico, remodelado en gótico durante el s.XIII. Algunos de tales restos, fueron llevados por don Juan Sanz García a la entrada del claustro de la Colegiata. Otros desaparecieron, “misteriosamente”.
No deja de resultar paradójico, que el único resto de aquel templo románico sea una Virgen gótica… Una Virgen, a la que le han escamoteado el nombre y el “apodo”, pues ahora es conocida como “Nuestra Señora de Briviesca”. Pero según antiguas tradiciones locales, la “Virgen de Allende” era conocida en su origen como “Nuestra Señora de Oca”, por tener su templo a orillas del río Oca. ¿El original románico, era una Virgen Negra-Madre Oca?

[Foto, cortesía de Juancar347 “el Viajero”].
 
A quien corresponda: Vea usted en esta historia un ejemplo y un aviso a navegantes, pues no se trata de “batallitas del abuelo”, “cosas de los antiguos”, o “chismes de viejas”. Porque el abandono, ruina y saqueo, de monumentos románicos –y de otras épocas-, no es cosa del pasado. Continúa en el siglo XXI, ante nuestras narices, y ante las de quienes deben velar por la conservación del patrimonio. Si no tomare nota y las medidas oportunas, sea usted llevado a la picota, y puesto en el cepo, a pan y agua, hasta que recapacite y obre en consecuencia.
Salud y fraternidad.