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martes, 30 de septiembre de 2008
"No hay nada como tener buen cartel..."
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miércoles, 17 de septiembre de 2008
“El muy inquietante y extraño caso del Padre Jekyll y el Padre Hyde”.
Este misterioso y no explicado suceso, aconteció durante nuestra visita al templo de San Martín, en Puenteferreira (Lugo). Mientras yo hacía fotos al exterior de la portada sur, una compañera del grupo entró al templo. Allí se le acercó el párroco, que rondaba por los alrededores, y dirigiéndose a ella muy amable, aunque hablando en gallego, le señaló sonriente una puerta. Nuestra amiga no entendió nada pues desconoce el idioma, pero le pareció comprender que allí había algo de interés. En efecto, al otro lado de la puerta, que da acceso a una sacristía añadida al muro, se encontraba la portada norte, original, con unos magníficos relieves románicos en su arquivolta, que el sacerdote le enseñó encantado sin dejar de parlotear en su lengua.
Tímpano de la portada sur, entrelazos célticos.
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¿Qué misterio es éste? ¿Acaso el hercúleo párroco sufre de personalidad bipolar? ¿Por qué se dirigió, espontáneamente, a nuestra amiga para enseñarle la portada y sus relieves? ¿Por qué, repentinamente, nos expulsó “manu militari” a ambos? ¿Por qué la sacristía-desván-trastero era digna de ser visitada libremente, por nuestra amiga, y al instante siguiente era un “lugar muy privado” donde no se podía permanecer? ¿Por qué le habló a ella en gallego, para enseñarle aquello, y a ambos en castellano, cuando decidió que no debíamos contemplarlo?
¿Acaso su ataque, de indignada intimidad, se produjo al verme con una cámara en las manos, dispuesto a fotografiar los célticos relieves de la portada norte? ¿Por qué, si la portada sur también tiene relieves de inspiración céltica, que pudimos fotografiar sin problemas? ¿Influyó, en su extraño comportamiento, el sexo y belleza de nuestra acompañante, en contraposición al sexo y “fealdad” de un servidor?... No seamos mal pensados, alejemos el presunto movil lujurioso de nuestra mente, no vaya a escandalizarse algún pequeñuelo del Señor y tengamos que darle cuentas el Día del Juicio.
Sin embargo, coincidirán conmigo en que es un suceso bien extraño. Un caso propio de Agatha Christie o, peor aún, de Edgar Allan Poe.
Pila bautismal, arrinconada al exterior del muro norte en 1987, hoy en paradero desconocido. [Diapositiva 19 septiembre 1987].
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Aunque tanto, o más extraña, que esa actitud del sacerdote, resulta la desaparición de la pila bautismal que, en 1987, se encontraba arrumbada al exterior del templo, junto al muro norte, llena de escombros y malamente pintada de azul. ¿En qué momento, de estos veinte años, tuvo lugar su asunción al limbo de los objetos perdidos? ¿Ha sido llevada a algún museo? ¿Fue robada? ¿Malvendida? ¿Ascendió a los cielos en cuerpo y alma? ¿Alguien puede darnos razón de su actual estado?
A quien corresponda: Mande controlar el estado mental de los encargados de tratar con el público, ya sean religiosos o laicos, no sea que algún día tenga que lamentar algún luctuoso suceso. Las personas de carácter inestable no deben tener cargos de responsabilidad, pues el daño que pueden causar es siempre irreparable por muchos conceptos. Si no atendiere a razones, sea puesto en el cepo y encadenado a la picota, hasta que los numerosos “desequilibrados” mentales, que pululan por donde no deben, recobren la razón.
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Salud y fraternidad.
jueves, 11 de septiembre de 2008
El vigilante ojo del dios, que todo lo ve.
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A quien corresponda: Aunque sea tirar piedras a nuestro tejado, ruego a usted que transmita, a los encargados del tema, una idea de la que hago gratuita donación. ¿Por qué no cobrar un suplemento, junto con la entrada, para poder hacer fotos en los templos, en horario fuera de culto? ¿Se aplacaría así la “ira del dios”, hacia los fotógrafos? El negocio puede que no diera grandes beneficios inmediatos, pero ya se sabe que “muchos poquitos llenan el saquito...”, al menos podrían amortizar la sagrada inversión en “seguratas” disfrazados de conserjes y en cámaras de vídeo-vigilancia. Si no consigue que le hagan caso, vaya usted a picota y cepo hasta que las ranas críen pelo.
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Salud y fraternidad.
sábado, 6 de septiembre de 2008
"Los fantasmas de Compostela..."
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¿Son las almas en pena de ciertos obispos y arzobispos, fallecidos en mortal pecado nefando? ¿Son los espíritus errantes de algunos peregrinos muertos sin confesión ni arrepentimiento? ¿Son la “Santa Compaña”?
No llevan la típica sábana, ni arrastran las consabidas cadenas. Ni aúllan, con sonidos lastimeros, al tiempo que en su mirada brilla el fuego del averno. Por contra, visten marcial uniforme. Portan cachiporra “quita-manías” y fierros de esposar. Susurran en voz baja, por sus intercomunicadores, mientras miran de soslayo con ojos inquisitivos.
Sin embargo, su visión nos pone igualmente la carne de gallina. ¿Por qué vagan sigilosos bajo las bóvedas, entre los pilares y capillas? ¿Por qué acechan a los visitantes detrás de las columnas, entre altares y pasadizos? ¿Son los arcángeles vengadores, del Señor Yahvé, que vigilan su templo?
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Un cartel completamente falaz, pues aunque está humildemente redactado: “Se ruega a todos...”, la fantasmal patrulla de seguridad delata que, los autores del texto, nunca confiaron que nadie atendiese su ruego por las buenas. Y como son “siervos del Señor” de una u otra manera han de hacer cumplir lo que creen ser sus deseos, que para eso son también “intermediarios” del iracundo dios.
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“Porque yo Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian” (Éxodo 19, 5).
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¿En qué nos basamos, para tan audaz deducción? Muy sencillo, al dios de quienes pusieron el cartel le molestan las máquinas de fotos, los flashes y los trípodes, pero no parecen molestarle las infames máquinas “tragaperras” instaladas en el muro del templo, nada más entrar y pasado el cartel prohibitorio. Unas “tragaperras” que, en varios idiomas, por el módico precio de 1 €, te cuentan “su historia” del templo, al tiempo que subliminalmente intentan adoctrinarte.
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“Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones... No podéis servir a Dios y al Dinero” (Lucas 16, 13-14).
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Pero bueno, que les voy a contar sobre el contubernio dinero-religión-poder -perdón, presunto contubernio-. Eso ya lo hizo hace años, con más gracejo y oficio, José María Gironella en su tremendo libro “El escándalo de Tierra Santa” –que, por cierto, sigue vigente en numerosos lugares “sagrados”-.
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Salud y fraternidad.
jueves, 4 de septiembre de 2008
¡Prohibidles las fotos a todos, Dios reconocerá a los suyos!
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El eco de esta fraternal y piadosa frase, llena de amor cristiano, resuena todavía en numerosos ámbitos, grandes y pequeños, del mundo religioso. Uno de esos ecos, que rebota implacable por muros y bóvedas, es el que, en forma de infame cartel: “Fotos NO”, brota cual maligna cizaña a la entrada de cada vez más y más templos. La hipocresía de esta prohibición, religiosa o laica, “tanto monta, monta tanto”, llega a cotas “obscenas”. En las próximas entradas vamos a desahogar el ánimo, a este respecto, puesto que han intentado ahogarlo en nuestro reciente viaje por tierras gallegas y astures –aunque el resto de Celtiberia, no está libre de pecado-.
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A quien corresponda: Lo que de verdad deseo, lo que me pide el cuerpo y el alma, es devolverles parafraseado su cristianísimo grito: “Matadlos a todos; el Diablo reconocerá a los suyos...” Pero, como soy más civilizado que el venerable Legado Papal, Arnaud Amalric, me conformaré con que usía sea condenado a picota y cepo hasta que recapacite y haga recapacitar a los responsables del caso.
[Advertencia legal: La citada frase, parafraseada en mis labios, es tan sólo una expresión retórica. De ninguna manera se trata de incitar a la degollina, de los clérigos y funcionarios públicos que nos prohíben hacer fotos. Soy contrario a toda violencia física, incluso si, quienes la reciben, en alguna ocasión la alentaron y son moralmente merecedores de ella].