.
Salud y fraternidad.
En la muela rocosa, sobre la que se alza Balaguer (Lleida), conocida como el Pla d’Almatà [del árabe: lugar fuerte, protegido], se edificó la alcazaba musulmana y la mezquita aljama. Cuando la ciudad fue reconquistada, hacia 1105, en el emplazamiento del templo musulmán se levantó uno cristiano: Santa María d’Almatà, en honor de la patrona del lugar, la Mare de Dèu del Miracle.
Sin embargo, en 1351, al trasladarse el centro de la población a la parte baja del cerro por el aumento de sus habitantes, la sede parroquial y la Mare de Dèu del Miracle fueron trasladadas al nuevo templo de Santa María “lo Campanar” (1351-1558). El viejo templo de Santa María d’Almatà, despojado de su principal atractivo, la Virgen Negra, fue convertido en capilla del Monasterio de Clarisas.
La imagen no consintió ser sacada del agua, hasta que la priora de las Clarisas se acercó y la tomó en sus brazos. Así, este cristo del s.XV ocupó la que fuera casa de su madre, en el Pla d’Almatà, para dar nuevo esplendor al lugar.
En 2007, la Generalitat de Catalunya ha declarado el yacimiento arqueológico del Pla d’Almatà, Bien Cultural de Interés Nacional. Porque se trata de un yacimiento andalusí, único en Cataluña. Y eso está muy bien.