jueves, 29 de diciembre de 2011

"Stultia gaudium stulto..."

En Poza de la Sal, villa burgalesa de muchos encantos y muy buenas gentes, también "cuecen habas". Llegamos allí un atardecer, del pasado mes de agosto. 
Primeramente, en la Oficina de Turismo nos atendió un joven, en extremo amable, que nos llenó los bolsillos de folletos informativos, además de las precisas indicaciones que nos dio de palabra, y si no se vino con nosotros, a enseñarnos los tesoros del lugar, fue porque sus obligaciones lo retenían en el "chiringuito".
Luego, como íbamos sedientos, paramos en el típico bar "El Molino", que con sus floridas macetas pone una agradable nota de color en la calle medieval. 

La simpática "mesonera" se desvivió por servirnos, al tiempo que, con pocas palabras, nos ilustraba sobre las excelencias artísticas del vecino templo, como si, en vez de bar, aquello fuese sucursal de la mentada Oficina de Turismo.
Con tan buenos antecedentes humanos, con tan enfervorizadas recomendaciones monumentales, abandonamos el bar, convenientemente refrigerados, y nos encaminamos llenos de optimismo hacia el templo de los santos Cosme y Damián, aquellos hermanos médicos, y mártires, que desde la portada renacentista custodian el gótico interior, repleto de curiosos capiteles simbólicos.

Estábamos haciendo fotos de esa portada, entretenidos en los detalles que la componen: una vista general, las esculturas de los santos, unas pinturas sobre la "Letanía Lauretana"... ¡Hombre, por la puerta, abierta de par en par, se aprecia un interior que el sol poniente ilumina como sólo él sabe hacerlo...!
Nos acercamos hacia el abierto portalón, sin llegar a rozar el umbral siquiera, intentando acomodar nuestra vista a la penumbra y contraluz interiores, al tiempo que con el zoom tomábamos una foto de sus dorados sillares.
Y entonces, ocurrió el cataclismo.

Del interior del templo surgieron unas voces estentóreas, unos gritos desaforados: "¡Está prohibido hacer fotos! ¡No se puede fotografiar! ¡Deje de hacer fotos!".
Apartamos la vista de la cámara y la dirigimos hacia el lugar de donde procedían aquellos aullidos inhumanos, para encontrarnos al fondo de la nave con un hombre que nos pareció de cierta edad -la lejanía y la penumbra no nos permitían distinguir bien-, y que debía ser el vigilante porque continuaba su amenazadora letanía antifotográfica, mientas gesticulaba con los brazos como si intentase exorcizarnos.

Entonces, reparamos en que a nuestra izquierda, junto a la puerta del templo, unido al cartel que anunciaba los horarios de visita, había también el consabido y diabólico cartelito de: "No se permite hacer fotografías o vídeo". Claro que, nosotros, interpretamos que aquella prohibición solo era válida para quien estuviera en el interior del templo, así que respondimos al airado guardián: "Estamos en la calle y aquí hacemos las fotos que queramos, faltaría más".
Según dice el mítico Libro de los Proverbios [Vulg. Prov. 15, 21], stultia gaudium stulto..., o sea: "El necio halla placer en sus necedades...", quizá por eso aquel indivíduo, imbuido de la "sagrada misión" de impedir toda acción fotográfica en aquel lugar, respondió con escasa caridad cristiana: "Ni en la calle, ni leches, aquí no se hacen fotos...", etc, etc. Y mientras vociferaba, gesticulante, se abalanzó hacia la puerta, quien sabe con que "justicieras" intenciones. 
En vista de lo cual, recogimos velas, y antes que aquel endríago llegase a pisar el umbral, pusimos pies en polvorosa, porque es de sabios evitar tener cuestiones con majaderos.

"De cuantas cosas me cansan
fácilmente me defiendo,
pero no puedo guardarme
de los peligros de un necio".
[Lope de Vega, La Dorotea].

A quien corresponda. Ponga firmes, de una vez, a tantos y tantos guardianes de templos, que para hacer cumplir las absurdas leyes, que les han ordenado aplicar, no dudan en emplear la violencia verbal y, ocasionalmente, la física. Ponga firmes a tantos y tantos "legisladores" necios, que prohiben la fotografía por el placer de prohibir. En caso contrario, vaya usía a picota y cepo, hasta que estos indivíduos, los guardianes y quienes los azuzan, recobren la cordura, la buena educación y el trato afable con los visitantes.

Salud y fraternidad.

12 comentarios:

juancar347 dijo...

Puedo dar fe, de que hay ocasiones en las que haces unas amistades que no me gustan un pelo. También doy fe de la exactitud de todo cuanto has relatado (e incluso me callo de algunas curiosidades que no cuentas, santa Prudencia), y además añado que te quedas corto describiendo la estúpida estulticia de un energúmeno. Y en este caso concreto, no me sirve el consabido 'yo cumplo órdenes', porque incluso cumplir órdenes conlleva, y más en un puesto público, un sagrado mandamiento: EDUCACIÓN. Ese individuo, merecía una buena patada en el culo; y me gustaría que leyera esto y sacara en conclusión algo muy básico, pero necesario entre hombres de bien: HABLANDO SE ENTIENDE LA GENTE. Un abrazo

Vicente dijo...

Si algún día os perdéis por Oviedo, mucho cuidado con el guardián de la Catedral, si te ver hacer fotos ¡muerde!
Un saludo y Feliz Año desde elcaminodesantiagodesdeasturias

Lima dijo...

Que el flash ilumine las mentes de los represores. Antes prohibían bailar agarrao; ahora solo les queda prohibir las fotos. Ratzinger debería decir algo al respecto.
Feliz y luminoso año nuevo

Alkaest dijo...

Compadre Juancar, cierto que hubo más anécdotas o curiosidades, pero esta es, con mucho, la más relevante para el interés general.
En cuanto a lo de "hacer amistades peligrosas", juro por la Diosa, que no es mi intención hacerlas, pero las atraigo como la miel a las moscas, ¿será una maldición, o karma, por algo malo realizado en una vida anterior?
_______

Amigo Vicente.
Sobre la Catedral de Oviedo, ya realicé una entrada, en "Picota y Cepo", el 11 de septiembre de 2008, titulada "El vigilante ojo del dios, que todo lo ve", referida a los esperpénticos sucesos que allí nos ocurrieron con sus vigilantes, humanos y mecánicos.
Puedes ir a las "entradas antiguas", y alucinar con el relato.

Salud y fraternidad.

Alkaest dijo...

A Lima le advierto: mejor será no mentar al "Inquisidor General", ahora "Sumo Pontífice", porque según el dicho popular, "quien mienta al Diablo, al final se le acaba apareciéndo..."
Dicho sea coloquialmente, como pura especulación intelectual, sin ánimo de ofender a nadie en sus creencias.

Salud y fraternidad.

Baruk dijo...

je,je, que guay! eso os pasa por ir sin vuestro amuleto de la suerte, o sea, yo.

...Aunque según con quienes, no hay suerte que valga.

Buen Año y que este 2012 nos aporte guardianes más misecicordiosos!!

*

Rubén Oliver dijo...

No se cómo ni cuándo pero un día montaré una microcámara en mi cuerpo y profanaré todo lo profanable...quizá cuando me jubile, ya es de todos conocido que los jubiletas son un poco tocapelotas...
Saludos y paciencia...

Alkaest dijo...

Compadre Riviere.
No se si ya lo propuse en otra ocasión, pero lo repito ahora.
Lo mejor son los "Comandos Fotográficos", es decir, un grupo numeroso de personas, que en caso de prohibición se pongan todas a sacar fotos al mismo tiempo, y a ver como se las apaña el "perro guardián" de turno. Porque a uno, o dos, puede intimidarlos, pero a un grupo...
Ahí queda la propuesta, por si en próximos viajes de la "Cofradía Románica", se da esa circunstancia.
¿Nos atreveremos a tal irreverencia?

Salud y fraternidad.

Baruk dijo...

Pues yo creo que montar un comando fotográfico puede dar resultado, al grito de: YA! desplegarnos todos cámara en mano y empezar a disparar ...pero hay de aquel que yo me se, que lleva trípode y tiene que montarlo! a ese lo pillán seguro!

Alkaest dijo...

Siempre queda la opción, de que, los compañeros del "cofrade" que lleva trípode, se líen a lanzar fotos con el flash sobre el guardián de turno, a fin de cegarlo momentaneamente, y que el "tripodero" pueda hacer su labor de "robar fotos" con total impunidad.
Otra posibilidad, es el truco del "falso soborno". O sea, se le enseña al vigilante, pongamos por caso, un billete de 50 €, y cuando lo acepte, que lo aceptará, se le fotografía extendiendo la mano hacia el dinero. Hecha la foto, se le retira el billete y se le amenaza con denunciarlo si no deja via libre a cuantas fotos queramos.
Por ideas, que no quede.
Dicho sea, todo ello, con valor de simple presunción y ejercicio de expresión intelectual, nunca como incitación a transgredir las leyes...

Salud y fraternidad.

ZáLeZ dijo...

Hola, al azar he venido a parar aquí, y me encuentro la famosa historia de Prohibido sacar fotos.
Un caso parecido me sucedió en Oña:
http://romanicoburebano.blogspot.com/2011/04/monasterio-de-ona.html
La iglesia de Poza de la Sal no tiene interés románico, pero tenía intención de solicitar un permiso para fotografias las estelas oikomorfas burebanas romanas que supuestamente están en esta iglesia de Poza, pero después de lo que cuentas, se me están quitando las ganas.
Muy interesante este blog.
Saludos,

Alkaest dijo...

Amigo ZáLeZ.

No desesperes, debes intentarlo. Porque el "no" ya lo tienes, pero ¿y si te dicen que "si"?
A veces, quien da los permisos, y quien prohibe, tienen una visión diferente del tema.
Eso sí, en caso que te concedan el permiso, que sea por escrito y con todos los sellos oficiales. Para que el "Cancerbero" ceda, y no te devore...

Te deseamos la mejor de las suertes, porque éste es un "mihura" de casta.

Salud y fraternidad.