martes, 3 de febrero de 2009

“Por san Blas, la cigüeña verás...”

Villanueva de la Torre, es sólo una pedanía de Barruelo de Santullán (Palencia), al norte de Aguilar de Campoo, pero en el medievo tuvo cierta importancia, como delatan el magnífico templo románico de Santa Marina, del s.XII, diversas casas solariegas con escudos heráldicos, y la cercana torre defensiva. Además, desde 1175, la villa perteneció al Monasterio de Santa María de Aguilar, durante varios siglos.
Si subimos a la torre del templo, desde el cuerpo de campanas divisaremos, hacia el sur, el torreón defensivo que, al menos en su actual estado, no datará de más allá de mediados del s.XIII, aunque se asiente sobre una edificación anterior. Poseyó un foso perimetral de protección, como se adivina por los restos conservados, así como barbacana que le permitía defender el acceso de la planta baja.
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Durante siglos, la torre ha sufrido sucesivos desmochamientos y recrecidos, que la privan hoy de una estampa más airosa, por haber perdido las hiladas superiores de sillares, con sus almenas, a pesar de lo cual aún alcanza los 15 metros de altura. De planta cuadrada, debió tener cuatro pisos separados por techumbres y suelos de madera, en los intermedios se abren sendos vanos, uno de los cuales tiene indicios de haber sustentado un cadalso. El torreón, guarda muchas similitudes con el existente en el vecino Rebolledo de la Torre (Burgos), junto a otro templo románico.
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Actualmente es propiedad particular y está “bajo la protección” de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Hablando en plata, que está abandonada a su triste suerte. Así las cosas, la torre se desmorona lentamente, pero dentro de un “marco legal”. Su interior está colmatado por los derrumbes de las plantas superiores, varias grietas crecen a lo largo de sus muros. El día menos pensado, todo vendrá al suelo y entonces allí serán los lamentos, las críticas, el arrojarse las culpas unos a otros. Entre tanto, sobre sus descuadrados sillares todavía anidan las cigüeñas del refrán: “Por san Blas, la cigüeña verás. Y si no la vieres, año de nieves”.
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Por lo que pueda pasar, no hagan caso de las guías al uso, que proclaman el “libre acceso” a la torre. Pues al menor descuido, les pueden caer encima algunos sillares o, en el mejor de los casos, una generosa ración del “guano” que derrama la colonia de cigüeñas que ha ocupado sus almenas...
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A quien corresponda: Mande ya, sin tardanza, recuperar y restaurar la Torre Fuerte de Villanueva, no sobran tantas fortificaciones en la zona como para permitirnos perder otra más. Si no lo hiciere, sea llevado a picota y cepo, o mejor aún, aherrojado a los muros de la ruinosa torre, expuesto a la lluvia de guano de las simpáticas aves zancudas, por tanto tiempo como tarde en avenirse a razones.
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Salud y fraternidad.

2 comentarios:

pallaferro dijo...

Creo que profetizas bien al decir que algún se va a desmoronar, tiene toda la pinta de que incluso les va a durar muy poco a las cigüeñas.

A picota y cepo sin compasión

Cordiales saludos

Alexandre Rodrigues dijo...

Castelos dos possaras